intentando desenterrar lo que quiero
que me pertenezca
que si hace falta me sumerjo en el lodo
más tiznado de podredumbre, ese que otras bautizaron,
ese que te deja respirar a medias.
Que mis papeletas siguen apostando continuamente
por tu forma de mirarme. Y yo quiero que me mires.
Por cojones que lo desentierro. Yo si.