El agotamiento comienza a quebrar mi cuerpo en dos mitades simétricas. Dos mitades señaladas desde antaño. Dos mitades completas, azules o grises, cautelosas, agazapadas por momentos inservibles.
Ahora ya en calma.
Calma como un mar colmado de sal sin olas que rompan ni erosionen acantilados.
Sal.
Sal cubre mi herida, sana adulteradamente.
Me harto de dividir pensamientos, palabras, lengua bífida roma.
Hilos incapaces de coser estas mitades.
¿ cuándo se coseran por mí?
Este nylon empieza a soltarse, araña y aprieta el vacío que ahora prevalece en mis adentros.
Lágrimas saladas impedirian volver a juntar lo que ahora se une por costumbre.
¿ Cuándo se mirará por mi con gafas de aumento?
Aumentando el dedal de sinceridad.
11/20/2012
Regazo
11/19/2012
EXISTO AHORA
11/15/2012
TNT
11/12/2012
Rezumarisas
Cuando la oscuridad se tercia, cuando el vello de mi espalda eriza con el húmedo frío de mi ciudad.
Cuando mis párpados pesan seis kilos cada uno y el risorio al tensarlo araña el rabillo de mis ojos.
Sólo cuando estoy sola, disfrute de un inmaculado folio en blanco, poseyendo cada margen y sangrías, cada pausa y puntos y aparte.
Sólo cuando tu no estás, porque nunca estuviste tan sólo el roce de las yemas de tus dedos en las puntas de mis cabellos.
Sola entre millones de granos de arena entre litros de agua y cientos de palmeras de esta isla que me arrastra con su resaca.
Luz magnética con contorno de racimos de uva morada.
Ilumina y atrae leves carcajadas estáticas sin mucho que contar al exterior.
En mis adentros lluvia de estrellas, luz de un asteroide avivando y aclarando mis deseos de porque un día vine aquí.
La novedad más novedosa de volver a empezar en el ecuador del año ya empezado.
Merodeando cada recodo de mi cansancio transportandolo a otro adoquín que soporte este peso inservible de estrecho agotamiento a desnivel de mis sonrisas.
Enmarcaré la luz, la calidad con que ilumina este cascarón ya roto, pero que subsanaré.
Rezumaré risas.
11/11/2012
Alas
Corté mis alas del disfrute temporal, bañé mis días en la confianza a vistas de vuestros ojos de ángel gris.
Cinco ángeles grises que velan por mi.
Sellé mi espalda con gritos sordos sin sentido, el valor de lo ganado a halos de sacrificio.
Sumé veinte años en un pestañear, multiplique mi vida por dos y gané cien sonrisas suyas.
Diez ojos confiados, diez brazos que valoran lo ya avanzado y diez alas para mi, sólo para mi.
Aún preguntan si sufro cuando las horas pesan, los momentos abrasan, como soporto el fuego así, si hay hoguera en mis entrañas, ellos el fuego apagan, ellos soplan mil alientos por mi.
Pesadillas que iluminan y en mi río de mil dudas ponen por mi cien salvavidas.