Sólo hay silencio y dolor de mandíbulas.
Mientras tanto me ahogo en mi felicidad propia donde nadie me habla ni suspira, donde solo yo habito por un tiempo entre mares de letras, música y nuevos planes.
Donde disfruto de acordes y nuevos versos.
Nada afilado en estos momentos me acuchilla, ni tan si quiera me roza la piel.
Caminaré en silencio aun más rato si hace falta.
Y despierta que hoy es lunes, llevas cuatro días durmiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario