Me hice con esta pulsera hará dos meses o tres...me resultó bastante atractiva y vistosa, el amarillo es mi color favorito desde siempre, y me gusta combinar el color con ciertas partes de mi cuerpo o prendas.
De esos tres meses la he perdido tres veces y se me ha caído 8.
Creí haberla perdido en el autobús de trayecto Murcia-Madrid en uno de mis viajes mientras transportaba el equipaje. Después creí haberla perdido en la escuela donde estudio y más tarde en una noche de fiesta.
Siempre aparece.
En las 8 ocasiones siempre la he recogido del suelo, el otro día en la ducha y hoy estaba encima de mi mesita, en la habitación donde duermo.
He llegado a la conclusión de que la pulsera no quiere estar conmigo, por más que insista en hacerla mía o que me acompañe dandole los mejores tratos, cariños y cuidados, va a querer alejarse de mí y cavilando, me he parado a pensar que exactamente es lo que sucede en ocasiones con algunas personas.
Las puedes recoger, admirar por su belleza, darle los mejores tratos y cariños que si esa misma persona o el destino no quieren acompañarte en el recorrido de tu vida, no procederá.
Hoy me he cerciorado de que no vale la pena ir recogiendo a la gente que te hace agacharte a recogerlos incesablemente, es un esfuerzo en vano,y que no sepan admirar lo que te preocupas por ellos sin dar nada a cambio....y que no sepan cuidar de tí....
Mi conclusión más simple: no te encapriches de algo solo por su color o textura...comprueba seguidamente como es el trato con él, a que te lleva esa relación de tu cuerpo con el cuero de pega que compraste.
Deja que te regalen la pulsera, no la compres tú, seguro que al menos sentirás el alivio de no haberte gastado el dinero.
Regálame la pulsera y deja que se amolde a mi cuerpo. Observaré
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