10/10/2012

CLOC!


Apoyada sobre las palmas de mis manos, dejando caer el peso de mi cuerpo sobre la madera, vino a mi mente la imagen de un pestillo, absurdo... Pestillo-intimidad. Existen pestillos de todas clases. Fuertes, duros, flojos, discretos, laboriosos, algunos basta con empujar la puerta azul pintarrajeada para abrir con facilidad. Toda persona tiene un pestillo interior que los rodea, atrapa y mide las palabras que debe dejar salir, gestos, movimientos...suspiros. En la boca, en los oídos, o en el propio sexo. Teniendo su propio tope. Saber hasta cuando se puede hablar, sentir, reir o discrepar. Al fin de cuentas un pestillo es un tope. Lo hay quien no deja abrir tanto como quisieramos, entreabierta si acaso, damos un indicio o dejamos salir media palabra mientras suena un riff de piano desafinado. Una mirada, un toque de atención o más de uno. Las personas sin pestillo no inspiran confianza, un pestillo costoso el cual debemos engrasar tampoco. Buscaré un desengrasante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario